Como el tiempo, el clima y el ciclo del agua no conocen fronteras nacionales, la cooperación internacional es esencial para el desarrollo de la meteorología y la hidrología operativa, así como para recoger los beneficios derivados de su aplicación. La OMM proporciona el marco en el que se desarrolla esta cooperación internacional.
Su predecesora fue la Organización Meteorológica Internacional (OMI), fundada en 1873 para facilitar el intercambio transfronterizo de información meteorológica. Tras su creación en 1950, la OMM fue designada, en 1951, organismo especializado de las Naciones Unidas. Su mandato abarca las esferas de la meteorología (tiempo y clima), la hidrología operativa y las ciencias geofísicas conexas. Desde su creación, la OMM ha contribuido de forma decisiva y singular a la seguridad y al bienestar de la humanidad. Además, fomenta la colaboración entre los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales y promueve la aplicación de la meteorología en muchos ámbitos.
La OMM continúa facilitando el intercambio libre y sin restricciones de datos, información, productos y servicios, en tiempo real o casi real, sobre cuestiones relacionadas con la seguridad y la protección de la sociedad, el bienestar económico y la protección del medio ambiente. Asimismo, contribuye a la formulación de políticas en esas esferas a escala nacional e internacional.
A través de sus programas, la OMM ejerce una función destacada en las actividades internacionales de vigilancia y protección del medio ambiente. En colaboración con otros organismos de las Naciones Unidas y los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales, la OMM apoya la aplicación de varios convenios relativos al medioambiente y, a ese respecto, desempeña un papel fundamental en la prestación de asesoramiento y la comunicación de evaluaciones a los gobiernos. Estas actividades contribuyen al desarrollo sostenible y al bienestar de las naciones.