Las alertas tempranas salvan vidas y medios de subsistencia

Las alertas tempranas salvan vidas y medios de subsistencia

No obstante, detrás de las desalentadoras estadísticas puede vislumbrarse un mensaje de esperanza. La mejora de los sistemas de alerta temprana de peligros múltiples ha permitido reducir considerablemente la mortalidad.

En otras palabras, nunca antes habíamos estado tan capacitados para salvar vidas. Los superordenadores y la tecnología satelital han propiciado grandes avances en nuestra capacidad de predicción y la aparición de servicios adaptados al usuario, respaldados por décadas de investigación. La inteligencia artificial complementa el ingenio humano. Existe una mayor coordinación internacional, regional y nacional, acompañada de una activa movilización comunitaria. Las alertas de los teléfonos móviles y las aplicaciones meteorológicas llegan incluso a zonas remotas.

A nivel mundial, el número de víctimas mortales ha disminuido década tras década: de más de 50 000 muertes de media al año en la década de 1970 a menos de 20 000 en la década de 2010. En las décadas de 1970 y 1980 se registró una media de 170 muertes diarias conexas. En la década de 1990, ese promedio se redujo en un tercio, hasta situarse en 90 muertes diarias conexas, y siguió bajando en la década de 2010, hasta llegar a 40 muertes diarias conexas.

Pero incluso una sola vida perdida es ya demasiado y es posible hacer más.

Solamente el 40 % de Miembros de la OMM dispone de sistemas de alerta temprana de peligros múltiples (MHEWS). Existen grandes lagunas en las observaciones meteorológicas, especialmente en África y en los pequeños Estados insulares en desarrollo. En África, en 2019 solo el 26 % de las estaciones de observación cumplían las normas de la OMM. Dado que una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil, esas lagunas suponen un riesgo para la exactitud de las alertas tempranas a nivel local y mundial.

El Sistema Mundial de Alerta de Peligros Múltiples de la OMM (GMAS) pretende hacer frente a los desafíos aumentando la disponibilidad de avisos e información autorizados del Centro de Información sobre los Fenómenos Meteorológicos Violentos de la OMM y apoyando la adopción de medidas tempranas.

El GMAS trata de promover y fortalecer los sistemas de alerta temprana y autoridades de alerta nacionales, la capacidad y la inversión, y la cooperación transfronteriza. El sistema incorpora el Protocolo de Alerta Común: avisos de emergencia automatizados y estandarizados que se adaptan a todos los peligros y a todos los medios de telecomunicaciones y que comunican datos clave, a saber, qué es, dónde está, para cuándo se espera, cuál es su gravedad y qué debería hacer la gente.

La experiencia demuestra que los símbolos de advertencia sencillos y los códigos de colores (p. ej., rojo, ámbar, verde) son muy eficaces. Siguiendo la misma lógica, se asignan nombres a los ciclones tropicales y tormentas por motivos de seguridad pública, y no por diversión.

En lugar de volver a inventar la rueda, el GMAS proporcionará un marco para fortalecer la capacidad de alerta existente y subsanar las deficiencias.

El sistema se basa en los logros de las aplaudidas iniciativas de la OMM encaminadas a hacer frente a las principales amenazas para la vida y la propiedad, como los ciclones tropicales, las mareas de tempestad costeras, las crecidas y crecidas repentinas, la sequía y las olas de calor. La mayoría de los programas de la OMM adoptan actualmente la filosofía de la Alerta temprana y acción temprana.

Millones de personas corren el riesgo de morir y enfermar a causa del calor extremo, lo cual se podría prevenir. La Red Mundial de Información sobre el Calor y sus Riesgos para la Salud contribuye a aumentar la conciencia y la capacidad para gestionar mejor los riesgos para la salud que plantean las temperaturas sumamente altas en un clima cambiante, así como para adaptarse a dichos riesgos.

Los avances en climatología nos permiten predecir actualmente, con varios meses de antelación, fenómenos como El Niño y La Niña, que tienen un gran impacto en las pautas de las temperaturas, la precipitación y las tormentas en distintas partes del mundo. También se han dado pasos importantes en las escalas temporales submensuales, escala que se sitúa entre el uso habitual y establecido de las predicciones meteorológicas y las predicciones estacionales más recientes, cuando se toman muchas decisiones de gestión. Las proyecciones climáticas estacionales y subestacionales a nivel internacional, regional y nacional son una herramienta fundamental para planificar la gestión de desastres. Estas sirven de base para la adopción de decisiones en sectores sensibles al clima como la agricultura (qué y cuándo plantar, etc.), la salud (enfermedades transmitidas por el agua, enfermedades relacionadas con el calor) y la gestión de los recursos hídricos (demasiada agua o muy poca).

La comunidad de la OMM está intensificando la prestación de servicios de alerta temprana de uso fácil sobre la calidad del aire, la radiación ultravioleta y los peligros medioambientales, incluidas las tormentas de arena y polvo.

Un sistema internacional de aviso de tsunamis y de mitigación de sus efectos pretende reducir los impactos catastróficos de este peligro costero, que se ha cobrado más de un cuarto de millón de vidas en los últimos 100 años. El tsunami de Tonga puso de manifiesto la importancia de invertir en sistemas de alerta temprana e infraestructuras resilientes y de aumentar la cooperación internacional para reducir el riesgo de tsunami.