Medio ambiente

Medio ambiente

Toda forma de vida depende de un planeta sano. Sin embargo, los sistemas interconectados que conforman el entorno natural −la atmósfera, los océanos, los cursos de agua, la tierra, la capa de hielo y la biosfera− se ven amenazados por las actividades humanas.

Toda forma de vida depende de un planeta sano. Sin embargo, los sistemas interconectados que conforman el entorno natural —la atmósfera, los océanos, los cursos de agua, la tierra, la capa de hielo y la biosfera— se ven amenazados por las actividades humanas. Además, un entorno frágil resulta más vulnerable a los desastres naturales que, a su vez, lo degradan en un círculo pernicioso de causa y efecto.
 
Los datos de observación sobre el tiempo, el clima y la atmósfera que se recopilan por medio de las redes de observación y los sistemas de transmisión de datos y de predicción de la OMM son, para las instancias normativas, una fuente de información sobre el estado del medio ambiente que resulta necesaria para poder evitar una mayor degradación.
 
La falta de precipitación durante largos períodos de tiempo y el uso descontrolado de la tierra dañan el entorno natural y llevan a la desertificación. Se estima que un tercio de la superficie de la Tierra y un quinto de la población mundial están amenazados por la desertificación. Por ello, la OMM centra su atención en los aspectos de la variabilidad del clima y del cambio climático que afectan al medio ambiente.

La OMM es la fuente reconocida y completa de observaciones mundiales únicas y sistemáticas sobre el estado de una amplia gama de fenómenos geofísicos, conjuntos de datos y archivos a largo plazo, y cuenta con los conocimientos científicos y técnicos necesarios para prestar asesoramiento sobre políticas respecto de diversas cuestiones medioambientales clave.

La diversidad biológica (la variedad de formas de vida que pueblan la Tierra y sus patrones naturales de evolución) contribuye al buen funcionamiento del medio ambiente mundial. La contaminación atmosférica, la escasez o la contaminación del agua, la degradación del suelo y el crecimiento urbano son una amenaza a la biodiversidad. El aumento de la temperatura de los océanos está causando la decoloración generalizada de los arrecifes de coral, que proporcionan el sustento a  numerosos organismos marinos y son también una importante atracción turística. A este respecto, los episodios de El Niño son especialmente preocupantes.

Los ecosistemas, como los humedales, los bosques y los lagos, son un elemento importante del régimen natural de un río. Funcionan como zona tampón entre los ríos y los ecosistemas terrestres y desempeñan un papel importante en el almacenamiento y la retención de aguas de crecida. Por ello, es necesario mantenerlos en buenas condiciones. Las intervenciones estructurales para la gestión de crecidas no garantizan el control total de las crecidas cuando estas superan el umbral para el que esas intervenciones han sido concebidas; además, pueden tener efectos perjudiciales en el entorno natural.

El ozono estratosférico protege las plantas, la vida marina, los animales y las personas de la radiación ultravioleta del sol, que resulta dañina para la vida en la Tierra. Los clorofluorocarbonos y otras sustancias químicas antropógenas son responsables de la destrucción de la capa de ozono.

Una de las principales actividades  de los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales consiste en vigilar la evolución a largo plazo de los gases de efecto invernadero en la atmósfera, la radiación ultravioleta, los aerosoles y el ozono, y evaluar sus efectos en los seres humanos, el clima, la calidad del aire y el agua, y los ecosistemas marinos y terrestres.  Otra de esas actividades es la vigilancia del transporte por aire y por agua de las partículas peligrosas que se desprenden como consecuencia de una explosión volcánica o de un accidente industrial. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) utiliza los datos de observación de la OMM en sus evaluaciones del cambio climático, de sus posibles efectos y de las opciones de adaptación y mitigación.

Tormentas de arena y polvo

La tormentas de arena y polvo constituyen peligros meteorológicos comunes en las regiones áridas y semiáridas. En general, están causadas por tormentas —o fuertes gradientes de presión asociados a ciclones— que incrementan la velocidad del viento en una amplia zona. Estos fuertes vientos arrastran grandes cantidades de arena y polvo de suelos desnudos y secos a la atmósfera y los transportan a miles de kilómetros de distancia. Un 40% de los aerosoles de la troposfera (la capa inferior de la atmósfera de la Tierra) son partículas de polvo provenientes de la erosión eólica.

Ozono

Ozone/NASA

El ozono es una forma de oxígeno, cuya molécula está compuesta por tres átomos de oxígeno en vez de dos. El ozono se encuentra tanto en la troposfera (es decir, en los 10 kilómetros inferiores de la atmósfera) como en la estratosfera (capa que se extiende entre los 10 y 50 kilómetros por encima de la superficie terrestre). El ozono actúa como un escudo protegiéndonos de las dañinas radiaciones ultravioletas del sol.  

Sin embargo, el ozono que se encuentra al nivel de la superficie es un contaminante. Puede provocar dificultades respiratorias y dañar plantas y cosechas, además de ser uno de los principales componentes del esmog. Por lo tanto, según su altitud en la atmósfera, el ozono puede ser beneficioso o perjudicial.

La presencia de compuestos de cloro (clorofluorocarbono, CFC) y bromo (halón), que se utilizaron profusamente en el pasado en productos como atomizadores, botes de gas propelente, refrigerantes, pesticidas, disolventes y extintores, ha contribuido a la destrucción de la capa de ozono. Cuando esas sustancias llegan a la estratosfera, se disgregan a causa de la radiación ultravioleta del sol y liberan entonces átomos de cloro y bromo que reaccionan con el ozono, desencadenando ciclos químicos de destrucción del ozono, con la consiguiente reducción de la capa protectora de ozono.

Se calcula que un único átomo de cloro puede desintegrar más de 1 000 moléculas de ozono. Por su parte, los átomos de bromo son 50 veces más eficaces a la hora de destruir el ozono pero, afortunadamente, en la atmósfera existen muchos menos compuestos de bromo que de CFC.

Los países se han ido adhiriendo a los acuerdos internacionales que están actualmente en vigor, como el Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono y el Protocolo de Montreal y sus Enmiendas. Después de haberse registrado en el año 2000 una concentración máxima de compuestos de cloro y bromo en la estratosfera, su presencia está disminuyendo lentamente, pero es probable que nos lleve 50 años volver a los niveles de cloro y bromo observados antes de 1980 (aproximadamente cuando se detectó el primer agujero en la capa de ozono encima de la Antártida).

Informes científicos recientes indican que a pesar de que la reducción del ozono se ha detenido en la mayoría de las regiones del mundo, pueden pasar años antes de que se vuelva a registrar un aumento de esta sustancia. El agujero de ozono sobre la Antártida, que aparece cada año de septiembre a noviembre, no ha aumentado en los últimos 5 a 10 años, pero tampoco hay signos aún de una mejora significativa.

Gases de efecto invernadero

Greenhouse Emissions / WMOLa Tierra tiene un efecto invernadero natural debido a la presencia en la atmósfera de vapor de agua (H2O), dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O). Estos gases permiten que la radiación solar alcance la superficie terrestre, pero absorben la radiación infrarroja emitida por la Tierra, propiciando así el calentamiento de la superficie del planeta. Es preciso distinguir entre el fenómeno natural del efecto invernadero y su aumento. El efecto invernadero natural se produce como consecuencia de la presencia de cantidades naturales de gases de efecto invernadero, y es fundamental para la vida. Sin el efecto invernadero natural, la superficie de la Tierra tendría una temperatura de unos 33 ºCelsius menos. El aumento del efecto invernadero se debe al forzamiento radiativo adicional, resultante de una mayor concentración de gases de efecto invernadero causada por las actividades humanas. Los principales gases de efecto invernadero cuyas concentraciones van en aumento son el dióxido de carbono, el metano, el óxido nitroso, los hidroclorofluorocarbonos (HCFC), los hidrofluorocarbonos (HFC) y el ozono que se encuentra en la atmósfera inferior. El programa de la Vigilancia de la Atmósfera Global (VAG) de la OMM observa, analiza y publica datos sobre gases de efecto invernadero recopilados por 50 países del mundo desde el extremo norte del Ártico hasta el Polo Sur.

Aerosoles

Aerosol Pollution / WMOEs un hecho ampliamente reconocido que los efectos de los aerosoles en la atmósfera son uno de los aspectos más significativos e inciertos de las proyecciones sobre el cambio climático. Se ha observado una tendencia del calentamiento del planeta como consecuencia de los gases de efecto invernadero muy inferior a la prevista, y gran parte de la diferencia se debe a los efectos de los aerosoles. Los aerosoles afectan el clima dispersando y absorbiendo de forma directa la radiación solar entrante y atrapando la radiación saliente de onda larga, así como alterando las propiedades ópticas de las nubes y la formación de nubes y de precipitación.

Preocupa cada vez más el impacto de los aerosoles en la salud humana y crece el interés de muchos sectores, como el de la predicción meteorológica, la industria de la energía verde (por su influencia en la energía solar que llega a la superficie terrestre) y la industria de la aviación comercial (por el efecto de las cenizas volcánicas y las tormentas de arena en las operaciones y las aeronaves).

A nivel regional pueden plantearse problemas varios, por ejemplo, los posibles efectos en la salud humana y la mortalidad, y el impacto ambiental, como el deterioro de la visibilidad. Los aerosoles proceden principalmente de las emisiones urbanas e industriales, del humo de la quema de biomasa, de la formación de partículas secundarias a partir de sus precursores gasesos, de la sal marina y del polvo. Todavía sigue siendo difícil determinar las fuentes naturales de los aerosoles y su fracción orgánica.

Las estaciones del programa de la Vigilancia de la Atmósfera Global (VAG) de la OMM miden diversos parámetros de los aerosoles, como su profundidad óptica. 

Gases reactivos

El conjunto de gases reactivos es muy diverso e incluye el ozono troposférico (O3), el monóxido de carbono (CO), los compuestos orgáncos volátiles (COV), los compuestos de óxido de nitrógeno (NOx, NOy), y dióxido de azufre (SO2). Todos estos compuestos cumplen una función muy importante en la química de la atmósfera y, por ello, participan activamente en las relaciones entre la química atmosférica y el clima, ya sea mediante el control del ozono y la capacidad oxidativa de la atmósfera o la formación de aerosoles. La base de medición mundial de la mayoría de esos gases es insatisfactoria, excepto respecto del ozono troposférico y del monóxido de carbono. Las estaciones de la Vigilancia de la Atmósfera Global (VAG) de la OMM miden los gases reactivos. 

Radiación solar ultravioleta

La capa de ozono nos protege contra la dañina radiación ultravioleta (UV) del sol. El ozono estratosférico absorbe parte de la radiación UV del sol, dañina para los seres vivos. La mayor parte de la radiación de onda corta (conocida también como radiación UV-B) es absorbida por la capa de ozono, mientras que la radiación UV de onda larga (denominada también UV-A) atraviesa la capa de ozono y llega a la superficie terrestre.

La intensidad de la radiación UV puede expresarse mediante el índice UV. La OMM, en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras organizaciones, ha publicado una guía sobre cómo informar al público acerca de la radiación solar UV. Saber cómo comportarse al sol es importante para frenar el rápido aumento del cáncer de piel de muchas poblaciones. Las estaciones de la Vigilancia de la Atmósfera Global (VAG) de la OMM miden la radiación solar ultravioleta.

Deposición atmosférica

La química de las precipitaciones sigue siendo un asunto ambiental importante en varias partes del mundo, por ejemplo, en el este de América del Norte, en el sureste de Asia y en Europa, debido a la preocupación que existe por la deposición ácida, la eutrofización, la deposición de metales de traza, la salud del ecosistema, el ciclo biogeoquímico y el cambio del clima a escala mundial. En los últimos años, no solo preocupan las deposiciones húmedas sino también las concentraciones atmosféricas, las deposiciones en seco y el intercambio superficie-aire, particularmente en la medida en que se relacionan con el tiempo de vida en la atmósfera de acidificantes, gases de efecto invernadero y oxidantes. Pese a esas preocupaciones, poco se ha hecho para incorporar estos factores adicionales en el marco de la Vigilancia de la Atmósfera Global (VAG) debido principalmente a limitaciones presupuestarias. En varios sitios del programa de la VAG de la OMM se realizan observaciones de las deposiciones químicas.

Contaminación atmosférica de elementos químicos en los océanos

La contaminación atmosférica de elementos químicos en los océanos guarda estrecha relación con importantes cambios a escala mundial. El aumento de aportación de nitrógeno atmosférico procedente de las actividades humanas en gran parte del océano podría causar un bajo nivel de fertilización del océano, que a su vez podría aumentar la "nueva" productividad marina en hasta aproximadamente el 3% y, así, afectar la reducción de carbono en la atmósfera. Ahora bien, es también posible que una mayor aportación de nitrógeno acelere la formación de óxido nitroso en el océano. Una mayor emisión de este potente gas de efecto invernadero contrarrestará parcialmente el impacto del forzamiento del clima que resulta de una mayor reducción de dióxido de carbono por la fertilización del nitrógeno. De forma similar, gran parte del hierro oceánico, que es un nutriente limitante en muchas zonas del océano, proviene de la deposición atmosférica de minerales como resultado del transporte a larga distancia del polvo mineral desde las regiones continentales. El mayor aporte de fósforo soluble procedente de fuentes antropógenas atmosféricas (a través de una utilización masiva de fertilizantes) puede también afectar significativamente la biogeoquímica superficie-océano, pero las estimaciones son muy inciertas. Si bien es posible que los aportes de sulfuro y óxido nitroso de la atmósfera puedan intensificar la acidificación del océano que se produce como consecuencia del aumento de los niveles de dióxido de carbono, no se dispone de información suficiente sobre esos procesos para evaluar su posible impacto. Esos aportes pueden ser particularmente preocupantes en rutas de navegación con mucho tráfico y en regiones oceánicas cercanas a superficies continentales muy industrializadas. Otras sustancias, en particular el plomo, el cadmio y los contaminantes orgánicos persistentes, pueden también afectar a los océanos.

Sistema Mundial Integrado de Información sobre Gases de Efecto Invernadero (IG3IS)

La OMM y sus asociados en la Vigilancia de la Atmósfera Global (VAG) están elaborando un nuevo enfoque de seguimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero en apoyo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y su Acuerdo de París. Al ofrecer un medio más para identificar y estimar las emisiones urbanas y nacionales, este enfoque proporciona herramientas a las instancias normativas para que adopten más medidas de mitigación efectivas.

La OMM ha producido tres videos para explicar cómo funciona. El video "El ciclo del carbono" presenta información básica sobre el aumento de los niveles de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Los otros dos videos, "Medición de las emisiones nacionales" y "Vigilancia de la atmósfera para reducir las emisiones urbanas de gases de efecto invernadero", muestran cómo la vigilancia de alta resolución de la atmósfera, junto con la modelización, pueden utilizarse actualmente para estimar con más exactitud las emionses de gases de efecto invernadero y orientar así la adopción de decisiones. Los videos pueden verse haciendo clic en uno de los idiomas que figuran a continuación o en el canal de YouTube de la OMM. Si desea obtener versiones de alta resolución, póngase en contacto con cpa@wmo.int.

Youtube 
1 - “El ciclo del carbono” - Árabe / Chino / Inglés / Francés / Ruso / Español / Fragmento para televisión
2 - “Medición de las emisiones nacionales” - Árabe / Chino / Inglés / Francés / Ruso / Español / Fragmento para televisión
3 - “Vigilancia de la atmósfera para reducir las emisiones urbanas de gases de efecto invernadero” - Árabe / Chino / Inglés / Francés / Ruso / Español / Fragmento para televisión

Apoyo a los acuerdos multilaterales sobre medio ambiente

Los Miembros de la OMM se encargan de explotar el Sistema mundial de observación integrado de la OMM, que abarca complejas redes espaciales, atmosféricas, terrestres y marinas. Esas redes proporcionan datos e información derivada de valor añadido, que sientan las bases de nuestro conocimiento del medio ambiente. En calidad de fuente reconocida y completa de observaciones mundiales únicas y sistemáticas sobre el estado de una amplia variedad de fenómenos geofísicos, series de datos y archivos a largo plazo, la OMM cuenta con los conocimientos científicos y técnicos necesarios para prestar asesoramiento sobre políticas respecto de importantes cuestiones relacionadas con el medio ambiente. En particular, la OMM informa sobre el estado del sistema climático mundial y del medio ambiente atmosférico. También elabora diversas evaluaciones científicas, declaraciones, boletines y otras advertencias sobre el estado del clima y el medio ambiente.
 
Además, la OMM alberga en su sede y copatrocina la Secretaría del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y la del Sistema Mundial de Observación del Clima (SMOC). Asimismo, presta apoyo directo a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y organiza la labor de los administradores de las investigaciones sobre el ozono de las Partes en el Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono, que recibe asistencia de la Secretaría del Ozono, albergada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
 
La OMM participa en la labor de los órganos subsidiarios de asesoramiento científico y técnico de las siguientes organizaciones: