Estamos inmersos en un círculo vicioso, según se destaca en el Boletín de la OMM sobre la Calidad del Aire y el Clima
En un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) se explica la compleja interacción entre calidad del aire y clima, y se hace hincapié en el papel que unas diminutas partículas, denominadas aerosoles, desempeñan en los incendios forestales, la niebla invernal, las emisiones del transporte marítimo y la contaminación urbana. En la publicación se subraya la necesidad de mejorar el monitoreo atmosférico y de adoptar políticas más integradas para salvaguardar la salud de las personas y del medioambiente y reducir las pérdidas agrícolas y económicas.
- La calidad del aire y el cambio climático están estrechamente relacionados.
- La adopción de medidas integradas reporta beneficios para la salud, las economías y los ecosistemas.
- En el boletín se abordan los incendios forestales, la niebla invernal, las emisiones del transporte marítimo y la contaminación urbana.
- Las diminutas partículas denominadas aerosoles entrañan notables consecuencias.
- Los peligros transfronterizos exigen coordinación internacional.
- La mejora del monitoreo es vital para la gestión de riesgos y la emisión de pronósticos.

En el Boletín de la OMM sobre la Calidad del Aire y el Clima se examinan las tendencias y la distribución geográfica de la contaminación atmosférica en 2024, además de analizarse los avances y los retos en materia de emisión de pronósticos y alertas. Su publicación tiene lugar el 7 de septiembre, Día Internacional del Aire Limpio por un cielo azul.
"El cambio climático y la calidad del aire no pueden tratarse por separado. Estos dos desafíos van de la mano y deben abordarse conjuntamente para proteger la salud de nuestro planeta, nuestras comunidades y nuestras economías", afirma la Secretaria General Adjunta de la OMM, señora Ko Barrett.
La quema de combustibles fósiles y otras actividades humanas que contribuyen al cambio climático son también fuentes de contaminación, como el carbono negro, el óxido nitroso y el ozono troposférico, que a su vez agravan el cambio climático. Es un círculo vicioso.
"Los efectos del cambio climático y la contaminación atmosférica no entienden de fronteras nacionales, como lo demuestran el intenso calor y la sequía que alimenta incendios forestales que, a su vez, empeoran la calidad del aire para millones de personas. Debemos mejorar el monitoreo y la colaboración a escala internacional para resolver este reto mundial", dijo la señora Barrett.
Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación del aire ambiente causa más de 4,5 millones de muertes prematuras al año en todo el mundo, y ello acarrea enormes costos medioambientales y económicos.
Datos clave
Materia particulada
La materia particulada procedente de actividades como el transporte, la industria y la agricultura, así como la generada a raíz de los incendios forestales y el polvo del desierto arrastrado por el viento, siguen representando un enorme peligro para la salud.
En la edición de 2025 del boletín se analizan las concentraciones de materia particulada con un diámetro máximo de 2,5 micras (PM2,5) observadas en 2024 y sus anomalías respecto al período de referencia 2003 2024, y en ese análisis se incluyen por primera vez estimaciones de tres modelos diferentes.
Las concentraciones de PM2,5 siguieron disminuyendo en China oriental gracias a la adopción de medidas sistemáticas de mitigación. En cambio, se detectaron focos de contaminación en el norte de la India. Los incendios forestales incrementaron las concentraciones de PM2,5 hasta alcanzar valores superiores a la media en el Canadá, Siberia y África central. Sin embargo, la mayor anomalía se produjo en la cuenca del Amazonas, como consecuencia de los incendios forestales sin precedentes declarados en la región occidental de la Amazonia y de los fuegos alimentados por la sequía que castigaron el norte de América del Sur.
Los incendios forestales contribuyen en gran medida a la contaminación por partículas, y todo apunta a que el problema se agravará a medida que el clima se caliente, lo que supone riesgos crecientes para las infraestructuras, los ecosistemas y la salud de las personas.

Aerosoles
Los aerosoles (diminutas partículas transportadas por el aire) son complejos. Según su composición, pueden calentar la atmósfera o enfriarla. Los más oscuros, como el carbono negro y marrón, calientan la atmósfera y derriten el hielo o los glaciares sobre los que se depositan.
En cambio, los aerosoles más brillantes, como los sulfatos, reflejan la radiación solar de vuelta al espacio y ejercen un efecto transitorio de enfriamiento antes de depositarse en forma de lluvia ácida y nieve.
Las concentraciones de aerosoles en la atmósfera aumentaron en todo el mundo entre los años 50 y 80, pero han disminuido considerablemente desde entonces gracias a iniciativas concertadas en América del Norte, Europa y, más tarde, Asia oriental. Con todo, siguen al alza en algunas regiones, como en Asia meridional, América del Sur y en latitudes septentrionales debido, en parte, al incremento de los incendios forestales.
Las normas internacionales promulgadas para reducir las emisiones de azufre generadas por los combustibles empleados en la navegación han mejorado la calidad del aire y han logrado reducir las muertes prematuras y el asma infantil. Pero también han repercutido de forma cuantificable en la reducción del efecto de enfriamiento ejercido por los aerosoles sulfatados y, por tanto, han acelerado ligeramente el calentamiento global.
Desentrañar la compleja interacción entre aerosoles, gases reactivos y gases de efecto invernadero de larga vida es una tarea difícil, y comprender adecuadamente esas interacciones ayudará a diseñar mejores medidas de mitigación en favor del clima y de la calidad del aire. En este contexto, es importante gestionar las emisiones de forma integrada, no solo para proteger el clima, sino también los ecosistemas y la salud de las personas.
Niebla invernal
La llanura indogangética, donde viven más de 900 millones de personas, es una de las regiones más densamente pobladas y con mayor actividad agrícola del mundo, y ha experimentado un notable aumento de la contaminación atmosférica, así como episodios de niebla invernal. Aunque la niebla es un fenómeno estacional, su frecuencia y duración crecientes están cada vez más relacionadas con la contaminación generada por los vehículos, la construcción, los sistemas de calefacción, el ganado y la quema de vegetación.
"Los episodios de niebla persistentes ya no son un mero fenómeno meteorológico estacional, sino un síntoma de las repercusiones cada vez mayores del ser humano en el medioambiente. Para encarar este problema se necesitan estrategias integrales, desde velar por el cumplimiento de la normativa sobre quema de residuos agrícolas hasta promover el uso de energías más limpias para alimentar los equipos de cocina y calefacción, el alumbrado y los sistemas de transporte público", se señala en el boletín.
Foco de PM2,5 inducido por los incendios forestales
En otro artículo se examinan las emisiones de PM2,5 procedentes de incendios forestales en la cuenca amazónica y la consiguiente degradación de la calidad del aire que pudo observarse en centros urbanos lejanos y densamente poblados del Brasil, lo que evidencia las notables consecuencias de la temporada de incendios forestales de 2024.
Infraestructura de monitoreo de la composición atmosférica
Desde los estudios sobre el ozono en América del Sur hasta la mejora de los pronósticos relativos al polen en Europa, pasando por el análisis de la deposición atmosférica en África, en el boletín se recalca la importancia de contar con una infraestructura mundial de monitoreo atmosférico in situ adecuada a los fines previstos, en particular en las regiones en desarrollo. Las observaciones son fundamentales. Si bien los satélites proporcionan datos de importancia decisiva, las redes terrestres de monitoreo son esenciales para fines de calibración y validación, en especial en los países en desarrollo, donde las infraestructuras siguen siendo escasas.
Notas a los editores
The Air Quality and Climate Bulletin is part of an annual WMO series highlighting the interplay between air pollution and climate change, drawing on the expertise of the Global Atmosphere Watch network.
It draws on data from leading institutions including the Copernicus Atmosphere Monitoring Service (CAMS), NASA’s Global Modeling and Assimilation Office (GMAO), and the System for Integrated Modelling of Atmospheric Composition (SILAM).
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) es un organismo especializado de las Naciones Unidas encargado de promover la cooperación internacional en ciencias atmosféricas y meteorología.
La OMM monitorea el tiempo, el clima y los recursos hídricos y brinda apoyo a sus Miembros en materia de pronóstico y mitigación de desastres. Con su labor, la Organización respalda firmemente el fomento de los conocimientos científicos, el refuerzo de la seguridad pública
y el aumento del bienestar.
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